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Hace días que en el cuchitril donde vivimos mi familia y yo tenemos la presencia de algunos millares de nuevos inquilinos, se trata de una colonia de hormigas que algún trozo de comida o insecto muerto encontraron en mis aposentos y se dan a la tarea de trabajar jornadas de 24 horas consecutivas para alimentar a sus millones de hermanos, bueno, no tengo nada en contra de estos pequeños insectos, tampoco en su proceso de alimentación y mucho menos en que se lleven los restos de comida o cadáveres de insectos que se encuentren en mi perímetro, pero verlos así, todos en chinga y aun peor, hasta en mi cama, la cual está en el camino de lo que recogen hasta su salida ya empieza a cabrearme, mucho más aun cuando me han picado algunas, y después de descubrir algunas erupciones en mis brazos o piernas lo he tomado como una actitud hostil de su parte y digna de una declaración de guerra. Tengo una fobia quizás estúpida a que se metan a mis oídos o poros nasales lleguen a mi cerebro y se lo coman. No quiero romper con el esquema de la cadena alimenticia, hace mucho los humanos llegaron al último nivel de la misma y según mi muy particular punto de vista así será por mucho, mucho tiempo más.
Hoy tape el orificio que está en las afueras de mi casa, fue algo provisional, tanto así que dos horas después el trafico de hormigas ya estaba bien cabron por la pared de mi casa y lo más seguro es que mi cama este llena de hormigas ahora, tendré que dormir en otra parte.
Haber que hago con las pinchis hormigas.