Recital Agropecuario.
Saturday, August 09, 2008Entre las ocasiones que he podido ir a conciertos de mis artistas favoritos destacan solo bandas de rock norteamericanas o nacionalizadas norteamericanas y no es que sea yo un pinchi malinchista, no, hay hartas cosas en español que me gustan, simplemente o no se ha dado el caso o no hay alguien presionándome o invitándome a ir, he estado en lugares que podrían resultar hasta peligrosos y mas por el estilo de música y fanáticos asistentes, pero afortunadamente es solo mi parecer o he corrido con suerte.
Últimamente algunos de mis amigos cercanos me han invitado a conciertos de música popular mexicana, pese a que los que me conocen no ven extraño que tenga ese tipo de música en mi reproductor, cuando les digo que he ido a conciertos de La banda el recodo, la banda limón, Jenny (llenita) Rivera y demás agropecuarios simplemente ponen cara de no mames, ¿como tú?, bien…música es música… y a veces pese a que la letra sea una cagada con una sucesión finita de sonidos provenientes de una tuba, un clarinete, un bajo sexto, una trompeta, un trombón, o un buen pinchi mariachi cumplen con las exigencias de un par de 7 strings guitars, una batería con doble pedal y un buen bajeo, cuestión de enfoques según yo.
Ayer fui a ver a Vicente Fernández a Sin City, va a venir aquí, pero aun no tengo el dinero como para ir a verlo con la crema y nata de la ciudad mientras me chingo un plato de paella y degusto el cuerpo y matiz de un Merlott de la casa Santo Tomas, que por cierto cumple 120 años, por eso el chistecito de traer al Charro de Huentitlán a este pueblo bicicletero que tanto me gusta, también ofrecían una corrida de toros, que igual y alguna vez me aviento una corrida en iberia por el solo hecho de probar, pero pues ahorita si no se me antoja.
Desde que llegamos a Sin City había una fila de carros enorme para el chingado recital, afortunadamente yo estaba al cargo de la logística de la ubicación y conseguí un buen lugar para estacionarnos sin hacer muchas olas justo al frente del lugar, una plaza de toros que ya había visitado anteriormente, llegamos, hicimos creo que inútilmente una fila por alrededor de veinte o treinta minutos, entramos… pasaron quizás 10 minutos y que sale el chingado viejito, no me imagine que causara tanta euforia el tal Vicente.
Durante el concierto hizo vibrar a mas de una doña enamoradiza y a un chingo de hombres ardidos también, mientras la mayoría de las personas coreaban sus canciones yo solo escuchaba cada detalle del Mariachi, tijereaba los efectos luminosos que traía su show así como la tecnología que uso durante el mismo y bueno, si, también disfrute de algunas de sus canciones.
El don toco durante tres horas, perdí la cuenta de las rosas que le regalaban sus admiradoras así como la de los vasos de agua que tomo, repitió tres canciones, bailo como cuatro veces y tres viejas bien buenas además de las flores lo besaron, sucias.
La cerveza estaba a treinta baros, y como estábamos hasta quinta la chingada arriba ir a mear me daba harta hueva así que preferí no probar gota alguna de alcohol, al final fuimos a cenar con un taquero que canta mientras hace los tacos y es bien pinche chistoso, después de regreso a casa, nada relevante, en fin, igual y algún día vuelvo a ir a verlo, aunque ya está bien rocanrol.