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Si, yo se que prometí que jamás de los jamases volvería a usar mis poderes, aun que quisiera impresionar a una mujer que robara mis suspiros, aun que lo único que quedara en mis bolsillos fueran bolitas de pelusa, aun que se me fuera el camión y estuviera en peligro de llegar tarde a un compromiso importante o simplemente fuera yo testigo de lo que a mi parecer fuera una injusticia del tamaño del mundo, ni madres, prometí nunca usarlos y morderme un huevo para que te quedaras tranquila y no pensaras que llegarías a casa algún día y al prender la televisión te toparas con la noticia más importante en todos los canales, que los ejércitos, científicos y prensa del mundo están detrás de un personaje con poderes sobre humanos y cada quien tiene un plan diferente para semejante hallazgo. Te caga imaginar siquiera verme bien pendejo por efectos de sedantes tirado en una mesa con cables en todos mis orificios, agujas por todos lados, aparatejos midiendo mi actividad cerebral, mis pupilas perdidas en el limbo por los flashes de todas las cámaras y además la tranquilidad de tu casa irrumpida por los reporteros del mundo en busca de una exclusiva. Te caga, no me lo dijiste, pero de sobra sabes que no era necesario siquiera.
Hoy por la mañana iba camino a la escuela, pase por el kínder que está casi frente a la casa, ese que esta junto al parque abandonado que si esta frente a la casa, iba yo bien tarde, tan así que alcance la hora de entrada de los niños del kínder, se veían tan contentos, corrrele y correle, con sus mandiles a cuadros y zapatillos bien lustrados, en el parque vi a dos jóvenes madres con alegría y tristeza en sus ojos mientras veían a sus hijos jugar con otros niños, esa alegría de ver a sus hijos contentos y escuchar el fino sonar de sus risas inocentes, y tristes de alguna manera porque les invadía el pecho una sensación de nostalgia al volver a la tierra y pensar exageradamente que sus hijos estaban creciendo y ya no eran los mismos que cargaban y eran tan dependientes de ellas, seguí mi camino al ver semejante y a veces predecible comportamiento.
Subí al micro y todo era como siempre, estaba don fulano, el de las muletas, doña chayo la ñora que trabaja en la maquila por las noches, y los escuelantes de siempre, se lleno el micro, es muy pequeño, por eso le llaman micro, supongo, después se sube la anciana que siempre se baja en la iglesia, pero cuando iba por el pasillo un cabron se bajo en chinga, y casi la derriba ante la mirada atónita de todos, me enmputé, ¿Que querías que hiciera? Esta vez no destruí su cabeza, no queme sus órganos vitales, ni un pellizco siquiera, pero me cercioré de no cometer un error o una injusticia, después borre sus recuerdos y elimine su conocimiento, ninguno de los pasajeros se tomo la molestia en voltear a ver a esa basura, porque en eso se ha convertido ahora, en una basura. Alguna vez te explique qué muy de vez en cuando puedo encontrarme con alguien digno para cagarme el palo por actuar tan impulsiva y desmesurablemente, siempre que pasa me detengo frente a él o ella y hago una reverencia, después me alejo y confirmo que la reverencia fue lo mejor.
Porque en definitiva quedan todavía algunas buenas manzanas, aunque como dijo alguna vez un don nadie pareciera también que dios perdió sus poderes en una apuesta y ha tomado solo el rol del espectador más caro del mundo. 
Y ya.
[Rich]