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Hoy como cada cierto tiempo pasa, me levante con el pie derecho, di unos cuantos pasos, vi mis manos, y me convencí de que mi vida no atraviesa precisamente por la mejor de sus etapas, quise gritar hasta desgarrar mi garganta, pero después pensé que los vecinos se enojarían, hecho que traería mas problemas a mi vida y la haría aun más patética de lo que es.
Después pensé que en cualquier momento llegaría alguien con más problemas o con una vida más patética que la mía e irrumpiría mi privacidad para que le diera palabras de aliento o un abrazo, hasta para eso tengo suerte, después de todo hay quienes dicen que si tú piensas que estas jodido puedes sin temor virar la cabeza hacia abajo y ver a un cabron mínimo debajo de ti. Gran cosa.
Prendo la televisión, prendo mi computadora, pongo música, me conecto en el mensajero, y después me meto a bañar, en ese específico orden, a lo lejos escucho un noticiero medio chacotero en el que hablan de que los mercados del mundo siguen cayendo a lo pendejo, pero bueno, no diré nada al respecto porque luego dicen que me dejo llevar por los medios y quizás sea cierto, aun no siento la mentada crisis, quizás en algo sea producto de que no haya tenido la suerte de que en los compartimientos de mi cartera vieja no tenga una american express o cualquier otro objeto de plástico valioso, terminan los 40 segundos que alcancé de esa nota y por las risas supongo que pusieron los videos a los que ya están acostumbrados poner en el programa, por demás está decir que mi foco de atención cambio drásticamente a mi computadora y su música, suena una canción muy conocida a mi oído, trae un torrente de recuerdos e ilusiones, pero solo eso, el chingadazo de agua fría me hacen volver a la realidad, sigo con mi baño, mientras lo hago escucho como gente entra, sale y vuelve iniciar sesión en el mensajero, de seguro están en sus trabajos o escuelas y tienen el mensajero bajo la modalidad esa de antijefe, que cuando tu jefe o maestro se acerca, presionas una combinación de teclas y kaboom! ¿A ver, donde está el mensajero, a ver, a ver? Órale, chinguele a otra parte! Termino mi baño y salgo oliendo bien rico envuelto en una toalla, me siento frente a mis monitores a checar el tráfico de algunas páginas que sigo, mientras mi cuerpo se seca y así no la hago de pedo con la toalla.
Después me visto y vuelvo frente a mis monitores, contesto algunos mensajillos del mensajero, abro mi navegador y abro los blogs que leo, ahí están todos, unos publicaron, otros no, otros publicaron alguna pendejada, en fin, cuestión de enfoques y gustos.
Me voy a la cocina a preparar mi desayuno, como desde hace muchos años lo hago, mama quería que el día que ella muriera no muriéramos de hambre horas después de que ella lo hiciera, entonces desde morro me la rifo en la cocina, solo tengo un problema, decidir entre preparar un Concassé de tomates o un Bouillabaise para el desayuno.
Cuando estoy a punto de irme suena el teléfono, contesto y me suena una voz conocida, después se identifica, y no, no la conocía, eran los ejecutivos de cobranza de coppel, mi padre tiene un atraso en su cuenta, recibí el recado y justo me preparo para salir y llega mi padre, era una buena noticia, ya tenía medio de traslado a mi destino.
Llega y me dice que los mercados del mundo siguen desplomándose ante las miradas atónitas de los doctos y especialistas de la moneda, hace un comentario lleno de humor negro en torno a una declaración de Agustín Carstens, “No pensé que la crisis afectara de esa manera al país” algo asi, y después de eso lo pendejeo, antes de que siguiera con el tema le dije que le habían hablado de Coppel, fue suficiente para dejar de hablar de Carstens, me debes una, gordo. 
“La doctrina económica ortodoxa recomienda no tener crédito”, me dijo, yo conteste con un muy sabio “Ey”.
Pero bueno, estábamos hablando de mi patética vida, necesito urgentemente un cambio de hábitos de toda índole, necesito un cambio en mi vida.
Necesito una vida, dirían por ahí. Pendejadas.