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Mi tío Gustavo Adolfo acaba de llegar de Sonora, es el hermano favorito de mi papa y vino a visitarnos y gastar sus centavillos recogiendo las sobras del black Friday en el gringo.
Como cada año nos trajo cuatro bolsitas de cien gramos de carne machaca, de la mismísima super carnes chihuahua, que a decir propio es la mejor carnicería de la ciudad, también trajo tortillas de harina, integrales y normales, un frasco de chiltepines hijos de puta y un chingo de coyotas que empalagan como la chingada.
No me molesta que venga el, bueno, no tanto, porque he de reconocer que la privacidad es uno de mis tesoros más cuidados, andar en bóxers en la casa me hace sentir bien, decir mis groserías también es chilo, y básicamente, no ser niñera de nadie me tiene tranquilo, pero cuando esta él no falta el llévalo a la chingada, tráele unas cervezas, investígale tal cosa, pfff, y lo peor es que entre semana soy el único en casa, esto no estaría pasando si estuviera trabajando.
Siempre que viene se divierte como dedo en las tiendas de todo por un dólar, pasa horas y horas escogiendo souvenirs, comparando precios, aun cuando todo está a dólar! Puras chingaderas se lleva.
Además de eso trae encargos de amistades, le pidieron un levi’s 560, pero tiene que ser 560 a huevo, si no ni madres, también unos walkie talkie, tienen que ser Motorola, modelo t7400, un modelo que compro en unos saldos en LA hace 5 años y que chingo a mi madre si los encuentra inStock en algún almacén de prestigio, y le enseño unos igual, Motorola pero mas cool y poderosos y me dice que no sirven, que son chiquitos y que no valen madre, bueno, perreala tu cabron, a ver si encuentras algo mejor y a ver si sabes tanto de frecuencias y canales de transmisión como yo. –pensé. (Aunque no sé ni pito de eso.)
Ni hablar, serán unos días largos, tendré platicar con él todos las mañanas, escuchando su tono de voz golpeado combinarse con mi fino acento australiano, hablando de motores de carro, de la fábrica donde tiene 19 años trabajando, de tópicos de internet mismos que le he explicado hasta el cansancio cada que viene, y de temas que bien podrían importarme una bicoca pero que mi conciencia me impide ser tan hijo de puta.
Cuando yo era niño no era tan enfadoso, le pedía dinero y como es el único tío económicamente activo soltero que tenía, con una de mis sonrisas me tiraba con un billetillo, sin preguntas tontas, sin pellizcos de cachetes, sin ni madres. Ahora se las está cobrando el cabron.
Lo bueno es que no es mal pedo, es buena onda mi Tavito, lento, enfadoso y terco, pero buen pedo.