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Sin embargo por más que intento recordarlo no tengo claro cuándo fue la última vez que me equivoqué. Me atraparon amigos, estoy siendo archirequeterecontramamón. *sight*
Cagarla es una sensación que a nadie le gusta, estar frente a una portería contra el portero en un mano a mano que siempre es prometedor para el atacante y mandar el balón a chingar a su madre, estar con tu pareja y decir algo que sin querer hiere los sentimientos de tu cónyuge, remuerde tu conciencia, te deja sin coger y te manda al sillón unos días, subirte a un camión y notar después de unos minutos que no es precisamente la ruta que esperabas, estos son ejemplos de cagadas, metidas de pata en diferentes circunstancias e índoles en la vida de todos, ¿No?
Yo recuerdo que la he cagado desde morro, como la vez que se me quebraron los huevos por los que me mando mi mama a la tienda y pedí dinero a los señores que me encontraba a mi paso para que pudiera comprar más huevos y mi madre no me pusiera la putiza de mi vida. O cuando robé unos chicles en una conasupo cuando fui con mi papa y después la quise hacer de mago e impresionarlo sacándolos de su bolsa y preguntando porque no me daba uno. Si, la he cagado, y bastante, pero he de decir que estoy mejorando mi habilidad para pedir disculpas, aunque no pido perdón a la primera cagada, en ocasiones, cuando es muy ameritable, lo hago, porque acepto que la he cagado, y porque no queda de otra.
Cuando me piden disculpas no la hago de pedo, las acepto y dejo todo en un cajón en el que es posible que se pierda por los siglos de los siglos o una que otra vez de una punzada, pero nada que me haga sentir considerablemente mal.
El orgullo nunca ha sido lo mío, soy un pinchi arrastrado, pero que nadie se quiera pasar de listo.