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Hoy, después de algunas semanas que mi cartera no era más ese cuartel de personalidades de la política, ideología popular azteca e historia mexicana en general, llegaron a ella, de la mano un par de personajes, cuya visita he de decir, me cayó como anillo al frodo, eran el mismísimo José María Morelos y Pavón y el Gran emperador que fue víctima del malinchismo, Cuauhtémoc de pies quemados y penacho sagrado en mano.
No sé qué hacer con tanto pinchi dinero.
Lo obtuve después de hacer uso de mis increíbles conocimientos en informática y gracias a la perseverancia de algunas personas que me pagaron por algo que por mi nobleza no cobraría, pero por miseria acepte con una mirada tímida la recompensa a mis clicks, teclazos y varonil voz al teléfono con un técnico a distancia de una compañía de internet.
No es el dinero que más fácil me he ganado ni mucho menos, y no hablo de dinero fácil propiamente, bueno, no del tradicional dinero fácil, hoy por ejemplo instale Microsoft Office 2007, limewire basic, apreté por 6 segundos el botón de stand by de un modem Motorola que en mi puta vida había visto, enseñe a descargar canciones y a quemar un disco, al final de eso me leyeron la mente y supieron que no me negaría ni aunque me apretaran las bolas a aceptar honorarios por mi trabajo. Gran cosa.
A veces me resulta difícil de asimilar que reciba honorarios por algo que hago casi, casi por instinto, pero después agarro el pedo y me doy cuenta del sistema de oferta y demanda, las necesidades y debilidades de muchos son los fuertes y oportunidades de negocio para otros, probablemente cuando yo me sienta morir por una gripa infernal, que me haga llorar a lo pendejo y drenar el 10 o 20% de mis fluidos por la nariz -bien rico que se siente-, esté dispuesto a conseguir las perlas de la virgen y dárselas a un cabron para que me alivie a la chingada, mismo que de seguro se muestra complacido y pone las perlas de la virgen que le di en una montaña donde tiene un chingo de perlas de muchas vírgenes mas, todas obtenidas por curar una gripa pichurrienta y pitera.
Pero así es la vida y así el sistema que se maneja en ella, siendo yo un experto en sistemas se supone que debería hacer la diferencia, y probablemente lo intente, mis medios para conseguir mis objetivos son lo de menos, también se que daré contra pared miles de veces, pero eso cualquier persona lo sabe.
Mientras instalaba los programillas que me pidieron me abordaron en una conversación que fue medio incomoda para mí, me hablaron de motores, de la hegemonía de los pick-up’s Toyota sobre las demás firmas, sobre los motores de 6 cilindros en línea, sobre los transversales, sobre los arboles de levas, en fin, me sentía yo un pendejo, que solo asentía para no parecer eso, un pendejo, claro que viniendo de una familia de mecánicos pues jodido, jodido no estoy, pero si me hicieron cuatropear una que otra vez, después llegue a un límite, abrí mi minute maid tetrapack, cruce mis piernas bien intelectualmente y empecé a hablar de procesadores, aceleradores gráficos, motores de física, protocolos de transferencia y demás tópicos de albañilería.
Quid pro quo, pensé inmediatamente.
Y la luz se hiso.