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El primer amigo del que tengo recuerdos lo conocí en el kínder, su nombre ya no lo recuerdo, tampoco su cara, solo sé que existió y que de lunes a viernes la idea de ir a la escuela no era tan mala porque sabía que podía jugar con mi amigo.
Después crecí y conocí a mis demás amigos, en los primeros años de la primaria recuerdo que mi mejor amigo se llamaba René, qué tenía un chingo de juguetes y en nuestra inocencia e ingenuidad de niños llegamos a decir que éramos carnales, ya no recuerdo más allá de eso, en tercero de primaria tuve nuevos y mejores camaradas, Martín fue uno de ellos, su mama me gustaba, pero él nunca lo supo, José fue otro mejor compa y al que hasta la fecha considero una gran persona, era noble y muy ñoño, contrastaba con mis travesuras, majaderías y actitud chingaquedito que ya empezaba a aflorar, no sé porque, pero fuimos muy buenos compas. 
En la secundaría Julio fue otro mejor amigo, vivía cerca del cantón, iba en mi salón y le gustaba tanto el bascketbol como a mí, tuvimos diferencias y nunca volvió a ser lo mismo, al grado de que en sus peleas me daba gusto cuando le daban sus chingazos, pinchi gonzo.
Después llegó la era de Bernardo, uno de los que más recuerdo, mi compa de miadas, puñetas, y casi tan inteligente como yo, me ayudo a levantar a mi primera novia y fue la segunda persona a la que considere como mi hermano sin tener parentesco alguno.
Su historia es un poco más complicada, no entiendo bien, pero después de una serie de eventos desafortunados se tiro a la perdición, drogas, putas y deserción escolar lo alejaron del lazo de amistad que sosteníamos, después supe que siempre había querido con mi novia, y nos distanciamos casi por completo, cruzo la secundaria y en la prepa entramos a la misma escuela, el fue rescatado por una de sus tías que era federal de caminos y a punta de chingazos enderezo su camino, tanto así que sobrepasó mi nivel. Volvimos a ser amigos, y en una de esas fui su cómplice en el robo de una tarjeta de crédito a su madre, como pendejos pubertos que éramos nos chingamos su dinero en trofeos pendejos y souveniers preciados para cualquier puberto en potencia. Craso error.
Su madre lo descubrió y por ser cómplice pasé de ser el mejor amigo a la peor de las influencias, me arrepentí y si mal no recuerdo fue la primera vez que odie no medir consecuencias, mi mejor amigo, aquel con el que compartía tantos gustos y hasta de viejas, aquel con el que planeaba mi futuro y que seriamos compas por siempre, ahora estaba en su casa, castigado por meses y con una mama que jamás me dejaría acercarme a él. Shit happens.  
Así es como he perdido a mis amigos, hoy no tengo recuerdos de muchos de ellos, de Bernardo supe hace poco, arranado, con un retoño y trabajando en una cocina industrial, Julio es mesero en Nueva York, siempre supe que llegaría lejos, José , el ñoño e inocente chamaco ha cogido más que yo y ahorita es un profesionista exitoso que se fue a trabajar de mesero en un night club en las vegas por hobbie, y yo, yo pues… aquí, en el pinchi blog escribiendo algo sin rumbo.

Vayan cuentaletras que todos andan de calientes escribiendo cosas de sexo, panochas y pitos. Uy.