Viejo lobo de mar.

Wednesday, December 17, 2008
Posted by Rich.

Aquí en el Puerto hay un viejo lobo de mar al que todos llaman el Chihuil, eso me contó mi padre cuando recién llegamos, y si, en su lancha dice “El chihuil”, así que no creo mi jefe me haya mentido, que chingados gana con hacerlo.
El Chihuil es como la clásica estampa de la persona que ha pasado más tiempo en los 7 mares que en tierra firme, lo de la pata de palo y el perico al hombro son solo clichés muy gastados, así que no cuentan, pero es de barba espesa, cabello medianamente largo y canoso, ligeramente desatendido, con el gorro de marinero clásico con un timón como insignia en la parte frontal y una pipa de madera fina y oscura que contrasta con su barba canosa.
Es un pescador muy conocido por acá, aunque evidentemente lo único que pesca en los últimos años son solo resfriados, porque está bien pinchi viejo y es muy borracho. A veces lo veo caminando por el malecón con su panal en mano, se ve que va muy feliz con la firme convicción de que se va a poner la peda de su vida, como solo los grandes lo saben hacer.
Una vez un compa de familia pescadora me dijo que su padre era muy amigo del Chihuil, y que cuando él era pequeño los visitaba y les llevaba camarones y camaronas, además de que le contaba historias de la mar, como cuando se interno en el triangulo de las bermudas con una tripulación de 7 fornidos hombres de mar, tatuados con vírgenes de Guadalupe y payasos cholos, cuenta que las transmisiones de radio desaparecieron por completo, una espesa niebla los rodeo por todos los puntos cardinales y de aquel manojo de hombres temidos y fuertes solo el chihuil quedo en cubierta, cruzado de brazos y fumando su pipa, imponente, mientras los otros estaban escondidos en sus camarotes rezando padres nuestros y aves Marías al santo patrono de los marineros y piratas.
Otra historia que he escuchado del Chihuil fue la de su ballena, allá por los 80’s, el Chihuil embrutecido de pedo y preocupado por no llevar los 400 atunes aleta amarilla, esos de los ojitos bonitos, que prometió llevar a tierra, decidió llevar una ballena, por aquello de que pesaban más o menos lo mismo, y aprovechando de que era temporada de ballenas, tomo uno de los barrotes, con los que sacan los atunes, lo amarro a una cuerda, tomo su revólver, se trepo en su bote de reconocimiento, y se dirigió a la zona del pase de los enormes mamíferos, cuentan que después de horas llego el Chihuil, con las manos irritadas, sobrio, y sin barrote con cuerda ni ballena tampoco, cuando le preguntaron cómo le había ido contestó que casi atrapaba a una, pero que pese a un par de disparos y el arpón casero incrustado en su cuerpo, resulto más fuerte que él, su tripulación se cagó de la risa, lo tacharon de loco y le removieron su licencia de capitán, fue el último viaje del Chihuil como capitán de un navío.
Un par de días después, al otro lado del macizo continental, en el golfo de California, apareció una ballena panza arriba, tenía un par de disparos y una herida profunda, además de la coincidencia, el hecho de que una ballena haya rodeado la península en tan poco tiempo era sencillamente increíble. Aún así nadie dijo nada.
Desde entonces el chihuil recoge choros en las piedras del puerto pitero este, a veces saca algunas almejas y vende estrellas de mar a los comerciantes de artesanías, dicen que ya no es feliz, pero cada que lo veo con su panal en una mano, un kilo de tortillas en la otra, una sonrisa sínica y su pipa entre labios, yo digo que es bien pinchi feliz.

4 comments:

Pinche Vieja said...

O sea, yo no conozco al fulano ese. Soy mala portopanguera, lo sé.

Mi papá era buzo, pero eso no impedía que, de niña, yo pensara que un atún llenaba una lata.

Panal... sonaste a pinche cholo obsoleto.

Aún así me trajiste muchos recuerdos muy buenos. Mañana le preguntaré a mi mami si ese vato es de a de veritas, ella lo sabe todo y tu tiendes a verme la cara muy seguido.

Cuídate esos mocos.

Mar said...

Siempre me han dado ganas de conocer a algún hombre como el que aquí relatas. De ésos que tienen muchas cicatrices e historias.
Siempre se me ha antojado sentarme a escuchar todo lo que tienen qué decir.

Lástima, pues, que en mi pueblo no haya marineros.

Je.

Clau said...

jajaja, como distingues a un camaron de una camarona? por los. errrrr, aretes??

mr.vorticist said...

Por un momento creí que el post sería sobre Pancho. De este otro personaje jamás había escuchado algo.