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Al cambiarnos a nuestra nueva casa en aquel fraccionamiento infonavit, tuve tambien que cambiarme de escuela, en aquel entonces llevaba el nombre de Juan Escutia por la mañana y por la tarde tenia el nombre de Jacinto Canek, no estoy seguro del apellido de este ultimo, el chiste es que no era por nada como mi antigua escuela, la poderosa Felipe Salido, era de las mas grandes de la ciudad y tenia un patio enorme, me gustaba hasta eso, pero mi nueva escuela?, bueno, tenia un patio mas enorme aun, pero la infraestructura no era precisamente la mejor, era casi casi una escuela rural, con cerco de maya ciclonica y un chingo de polvo por todos lados, mis compañeros tambien cambiaron, de tener compas hijos de doctores, abogados, y la chingada pase a tener compas hijos de albañiles, policias y sin padres uno que otro, en aquel entonces y quizas hasta la fecha es un factor que me viene valiendo madre, no obstante uno tiene que enterarse de todo.
Mi nuevo maestro era un cabron de cabello rojo, el nombre no lo recuerdo, pero su aspecto me hace pensar que se llamaba Claudio, yo veo a un cabron asi y a huevo digo, se llama Claudio.
Dada la naturaleza del resto de la manada en aquel entonces los maestros tenian algunas retrogradas formas de enseñar, habia golpes, jalones de patillas y cerillos en las cabezas de los chamacos burros y huevones. Claudio por poner un ejemplo decia que tras realizar un ejercicio del los libros de practicas y revisarlo nos presentaria a un tal don garrote por cada error que obtuvieramos, don garrote era un pinchi pedazo de tronco que arranco de algun eucalipto el muy ojete, y si, nos lo presentaba, yo nunca he sido burro pa' eso de la escuela, y no me las doy de chiludo pero bueno, cada quien, recuerdo que una vez tuve un error, yo inocentemente dije, un error? que no mame, no me va a pegar una vez, no seria justo, pero nel, juar juar, me pego una vez y bueno, es cierto, fue menor el dolor que el de los pendejines que nomas no la tramaban, pero si, aun recuerdo que si me dolio y harto, pero aquello se llamaba sin llorar, asi que uno se tenia que chingar.
Era un verdadero espectaculo ver como Claudio se chingaba a mis compañeritos, no es que yo sea un cruel, pero igual y hasta donde recuerdo no lloraban por los chingazos, por lo que supongo que el tal Claudio ese no era tan ojete, aunque no se, ahora que lo pienso solo estuve un año en esa escuela y despues me pasaron a una de mas categoria, era buena, pero bien, quizas en otra ocasion me recuerde aquello.