Cosas que pasan.

Tuesday, January 06, 2009
Posted by Rich.

De niño siempre quise una pista de carritos, durante años figuraba en la lista de presentes que pedía al gordito de pascua en pijama, muchos años me quede esperando, a veces mis regalos eran bien humildes, pero eso nunca nublo mi ilusión de correr hasta el árbol a buscar mi pista de carritos cada 25 de diciembre.
Una vez me avergoncé bien cabrón de mis regalos, fue solo una pelota de esas salver que huelen a plástico bien rico, ni siquiera era un balón, aunque no importaba porque entonces no me gustaban tanto los deportes, no recuerdo que más me habían regalado, pero eran bien humildes, para nada competían con los juguetes de los otros primos y cuando una tía me pregunto por mis regalos en esa navidad preferí decirle que no me habían regalado nada, mi madre estaba enfrente y dijo algo así: -¿Cómo que Santaclos no te trajo nada? Dile a tu tía que te trajo Santaclos! 
Después de eso dije con la cara más estúpida y avergonzada que tengo que me había “amanecido”una pelota y alguna otra cosa. El incidente no paso de ahí.
Después de un tiempo tuve mi pista de carritos, fue un fiasco, mi papa no pudo armarla usando el diagrama de usuario, se emputó y me dijo que la armará yo, que él no tenía cabeza para eso.
Al verme ahí, en la sala de la casa, con la cajota tirada y un tipipuchal de piezas tiradas por doquier, me puse a experimentar con lo que según mis padres sería una mis mas grandes virtudes, el ingenio.
La pista era de procedencia china, como el 90% de los juguetes del mundo, y no me escudaré en que los chinos que hicieron mi juguete lo hicieron al medio chile y así termino siendo un juguete de mala calidad y defectuoso, pero hablando con absoluta honestidad, no pude armarla, perdí la cabeza al igual que mi padre, me awité y me fui a disfrutar de los otros regalos. Nunca armé esa pista. Mis padres siempre creían que tenía ingenio porque desarmaba mis juguetes, confieso que nunca fue meramente por la curiosidad de saber el cómo funcionaban las cosas, hoy recuerdo engranes, empaques, motores y demás, creo no era tan difícil intuir principios de mecánica, pero no, no recuerdo la razón por la que los desarmaba.
Al otro año tuve como regalo mi primera consola, digna de presumir, un super nintendo, mi padre repitió la dosis de “hazlo tu mismo, yo no tengo cabeza para eso”. No hay ciencia detrás de una instalación de una consola, aún así, creo que yo no nací para la tecnología, no, la tecnología nació para mí.
No imagino a mis padres llendo a los mercados o almacenes buscando los que serían mis regalos, taloneando precios bajos, regatendo monedas, solo para que yo tuviera una alegre mañana y evitarme uno o dos días de mal humor, de haber sabido…
Esta navidad no tuve regalos, bueno… mi jefa me regaló dinerillo y un sueter de pelo de camello, mismo al que ya le di en la madre, lo lavé y se encogió a la chingada. No estoy hecho para la ropa finulis.
Con mi propio dinero planeo estrenar una consola de última generación próximamente, aunque me quede con una mano adelante y otra atrás, se esperan nuevas consolas el siguiente año, haciendo la mía si no obsoleta algo vieja, más vale tarde que nunca.

4 comments:

La Guera Rodríguez said...

Hola Rich!

Tu post me trajo inumerables recuerdos...
No sé si mis hijos se haya avergonzado en alguna ocasión de sus regalos...que vaya que ha habido años que las he pasado bastante mal =(

Creeras que después de leerte me has dejado un nudo en la garganta?...por algo inexplicable...bueno, después te comento...

Unknown said...

Snif, snif...
A mi me regalaban barbies falsas.
Snif.

Mar said...

Es lo chido de crecer. Uno puede obtener las cosas que quiere comprándoselas en lugar de esperar hasta diciembre que aparezcan debajo del árbol.

Yo que tú, mejor me compraba una pista para carritos que no haya sido hecha en China.

Je.

Unknown said...

una mano adelante y la otra atrás.
y qué?
ya estoy hasta la madres de pensar en el futuro.
yo también me compraré mi consola